COCÍNA ANFETAMINAS Y OTRAS DROGAS - ADICCIÓN A LAS DROGAS SEXTA PARTE
TRASTORNOS POR ABUSO Y DEPENDENCIA DE SUSTANCIAS (sexta parte)
COCAÍNA Y ANFETAMINA.
Ambas drogas son el prototipo de las sustancias
estimulantes del sistema nervioso central, aunque tengan diferencias
estructurales y de origen. La cocaína es una droga que existe en la naturaleza
y que fue aislada de la planta Erythroxylon coca, en 1855 por Niemann. Sigmund
Freud, realizó una monografía sobre la cocaína (1884), en donde describió de
una manera muy acertada los efectos conductuales de esta sustancia,
atribuyéndole poderes terapéuticos en la neurastenia, depresión , alcoholismo y
adicción a la morfina. Un aspecto interesante es que en la mayoría de sus
reportes, el sujeto de estudio fue solo una persona: Sigmund Freud.
Las
propiedades estimulantes de las anfetaminas fueron descritas en 1933 y reportes
de abuso de estas sustancias aparecieron al poco tiempo, estas reemplazaron
rápidamente a la cocaína como droga de abuso en las calles. Ambas drogas
aumentan la concentración de catecolaminas en la hendidura sináptica, la
cocaína bloquea la recaptura, mientras que las anfetaminas aumentan la
liberación y bloquean la recaptura.
FARMACOLOGÍA.
La cocaína oral masticada, es utilizada en los Andes
por los indígenas de la región, sin que produzca los efectos dramáticos de las
otras formas de la droga, es común que se utilicen infusiones de cocaína, como
estimulantes, con un apotencia equivalente al de una taza de café. Sin embargo
las rutas de administración mas comunes son la intranasal, intravenosa y fumada
como base libre ("crack"). Por cualquiera de estas vías la cocaína es
absorbida rápidamente y sus efectos eufóricos se observan en segundos o
minutos, con un pico máximo a los 10 minutos y una duración del efecto,
alrededor de 60 min. La administración i.v., tiene su pico máximo a los 15 seg,
con una duración de 15 minutos. Finalmente el fumarla produce efectos máximos a
los 5 min. con una duración de 20 min. La vida media de la cocaína en plasma es
de aproximadamente una hora, siendo metabolizada en el hígado por las
colinesterasas, formándose el compuesto soluble benzoilecgonina, el cual se
excreta por la orina. Este es detectable en la orina hasta tres días después de
que se utilizó la cocaína.
La anfetamina y metanfetamina son absorbidas
rápidamente del tracto gastrointestinal y pueden almacenarse en los
compartimentos tisulares, principalmente en los lípidos. Después de ingerirla
oralmente, los primeros efectos aparecen a los 30 min. Estas drogas se
metabolizan en el hígado mediante hidroxilación, desmetilación y desaminacion
oxidativa, finalmente se excretan por la orina. Debido a su gran
liposolubilidad, rápidamente cruzan la barrera hematoencefálica. Debido a su
gran similitud estructural con la norepinefrina y la dopamina, las anfetaminas
ejercen su acción en las sinapsis catecolaminérgicas, aumentando la liberación,
bloqueando la recaptura y para algunos investigadores también existen
evidencias de estimulación directa de los receptores adrenérgicos. Clínicamente
producen euforia, anorexia, insomnio, supresión del SMOR, aumento de la
actividad psicomotriz. Todo estos eventos relacionados con el efecto sobre el
sistema norepinefrínico y dopaminérgico.
SÍNTOMAS DE LA ADMINISTRACIÓN AGUDA.
Como todos los estimulantes del SNC, la cocaína
produce euforia, sensación de bienestar, esto con dosis bajas. Los efectos
periféricos incluyen vasoconstricción, un aumento de la presión sanguínea,
aumento en el pulso y en la temperatura. Las pupilas se encuentran dilatadas.
Dosis repetidas continuas, pueden dar como resultado conducta estereotipada,
bruxismo, irritabilidad, temblor, estados emocionales de pánico y aún de
psicosis paranoica. Fallas cardiacas agudas, accidentes cerebrovasculares, y
crisis convulsivas también se han reportado. Al finalizar el episodio de
utilización repetida de cocaína, se presenta un deseo de búsqueda de cocaína. A
este periodo se le denomina en ingles "Crash", y esta caracterizado
por agitación, ansiedad, depresión. Al poco tiempo subsiste la depresión y la
fatiga, que llega a la hipersomnolencia y a la hiperfagia. A los pocos días
esto va seguido de anhedonia, disminución en el interés por lo que rodea al
sujeto y el apetito por cocaína decrece alrededor de 1 a 10 semanas. La cocaína
tiene propiedades muy importantes como reforzador. En monos, por ejemplo, a los
cuales se les priva de comida y que además tienen un catéter intravenoso que
administra cocaína con la activación de una palanca, prefieren la
auto-administración de cocaína a la alimentación.
La anfetamina produce en forma aguda, elevación del
estado de ánimo, aumento de la capacidad de alerta, disminución en el apetito,
probablemente por efectos directos en el centro del apetito a nivel del
hipotálamo lateral. Elevación de las presiones sistólicas y diastólicas. En
dosis elevadas se presenta temblor, agitación, insomnio, cefalea y un estado
disfórico. Es común observar con el uso crónico y repetido la aparición de psicosis paranoide. La tolerancia y el
síndrome de supresión son muy parecidos a los que se describieron anteriormente
para la cocaína.
FARMACOLOGÍA CONDUCTUAL DE LA COCAÍNA.
Como la mayoría de los estimulantes del SNC, la
cocaína altera la conducta condicionada y no condicionada de los animales
experimentales en un modelo dosis-respuesta. Dosis moderadas de cocaína
aumentan la actividad locomotora, mientras que dosis altas aumentan las
conductas estereotipadas. Cuando se dan dosis aún mayores los animales
desarrollan crisis convulsivas y aun pueden morir. La tolerancia para el efecto
psicomotor de la cocaína, ha sido reportada, pero también se ha encontrado un
aumento a la sensibilidad (o tolerancia inversa) tanto en animales como en
seres humanos y se ha propuesto que, esta sea la explicación de los ataques de
pánicos inducidos por cocaína o aún de las psicosis paranoides y de la
letalidad por esta droga.
NEUROBIOQUÍMICA DE LA COCAÍNA.
Desde hace algunos años se sabe que el efecto de la cocaína
se da por el aumento de la actividad de sistemas de neurotransmisión como la
dopamina serotonina y la norepinefrina. Este fenómeno ocurre por tres
mecanismos: (1) aumento de la liberación de los neurotransmisores; (2) retardo
en su remoción de la sinapsis y (3) bloqueo en su eliminación o destrucción.
ADICCIÓN A LOS OPIOIDES
Existen
diferentes sustancias en este grupo, la que más se consume es la heroína. En
algunos países como en E.U.A, no se ha incrementado su uso en la población,
como sucedió con la cocaína, pero en
otros países de Europa, si hay reportes de que este tipo de adicciones va
aumentando. Se conocen otros 20 compuestos químicos con propiedades opioides.
En el caso de estos últimos, la dependencia se adquiere, porque se ha prescrito
un medicamento que contiene dichas sustancias o en el caso del personal de
salud, por el contacto que tiene con dichas sustancias.
La
principal característica de las sustancias opioides adictivas es que son
agonistas de los receptores Mu-opiodes. Estas sustancias presentan efectos
subjetivos similares, sin embargo el patrón de uso y abuso de estas sustancias
se relaciona de manera directa con la ruta de administración y el metabolismo
específico del opioide.
Las
personas que utilizan el opio, la morfina o la heroína, tienen datos de
intoxicación caracterizados por un estado de agitación psicomotriz, aun cuando también en algunas personas puede
inducir sedación, se reportan también alteraciones del juicio. Existe
contracción pupilar, confusión mental, y el lenguaje es tartajoso. El abuso de estas sustancias lleva a
problemas ocupacionales, escolares y familiares, y también a alteraciones de la
memoria y de la atención.
Por otro
lado está el síndrome de supresión. En este hay una interrupción brusca o hay
el empleo de un antagonista opioide (naloxona o naltrexona). El humor se torna
disfórico, hay nausea y vómito, dolores musculares, lagrimeo, rinorrea,
dilatación pupilar, diarrea, bostezos frecuentes, fiebre e insomnio.
ASPECTOS NEUROBIOQUÍMICOS Y PSICOFARMACOLÓGICOS.
Uno de
los avances cruciales en neurociencias, para el entendimiento de las
adicciones, fue el descubrir receptores endógenos a sustancias exógenas. Esto
puso de manifiesto que ingerimos sustancias, sobre todo las relacionadas con
aspectos recreacionales y no alimenticios, para que produzca un efecto
significativo a nivel del sistema nervios. Este efecto puede ser cambios en el
estado de ánimo, modificaciones en los niveles de ansiedad o miedo, lograr
estado eufóricos o disociativos.
Los
receptores a opiodes fueron descubiertos en 1970 por Salomon Snyder y su grupo
y con esto se puso en evidencia el hecho de que deberían de existir moléculas
endógenas que interaccionaran con estos receptores. Cinco años después en
Escocia, Hughes y Kosterlitz, descubrieron la encefalinas, uno de los tantos
ligandos endógenos que se han seguido descubriendo.
En la
actualidad el término opiode se refiere a cualquier sustancia que se una de manera
específica a cualquiera de los diferentes receptores a opioides, y que mediante
esto sea capaz de producir modificaciones a la fisiología. Durante los primeros años de la investigación
en esta área diferentes tipos de receptores a opiodes fueron detectados. El
receptor Mu, el cual es el sitio de acción del agonista clásico morfina, este
receptor posee una interacción con el resto de los receptores a opioides. El
receptor kappa, tiene como agonistas al buterfanol y el nalbufina; el receptor
sigma, el cual es el sitio de preferencia para la metionina-encefalina.
La
codeina (3-metoximorfina), la cual se encuentra en forma natural como uno de
los alcaloides del opio, actúa como una pro-droga, ya que se transforma a
morfina, la codeína de manera directa no se une al receptor Mu, y esto explica
quizás su poca potencia adictiva. La metadona es un agonista típico del
receptor Mu, pero con una vida media mayor, lo cual hace que el paciente no
experimenta los picos súbitos que se logran con otros opioides con mayor
velocidad de absorción y eliminación. Esta sustancia se utiliza en algunos
programas de "desintoxicación", llamados de metadona, en donde la
sustancia es proporcionada de manera controlada a los adictos y de esta manera
se tiene control sobre los mismos. La meperidina, actúa también sobre los
receptores Mu, pero tiene un metabolito, la normeperidina, el cual tiene
propiedades convulsivantes. Algunos pacientes usuarios de meperidina, pueden
experimentar cuadros de delirium y convulsiones, como resultado de la
acumulación del metabolito mencionado.
La
tolerancia y dependencia físicas son fenómenos vinculados al receptor Mu. sin
embargo las modificaciones en este receptor modifican a los otros (kappa y
sigma), sin embargo, la administración de agonistas a receptores Kappa o sigma,
no da tolerancia cruzada para los receptores Mu. Los agonistas de los
receptores kappa producen síndrome de supresión y dependencia, diferente al de
los agonistas al receptor Mu. En el caso de los primeros hay modificaciones del
estado de ánimo que lleva a la disforia.
ADICCIÓN A LOS INHALANTES
Desde el
siglo XIX se observaron reportes de abusos a inhalantes con fines
recreacionales y adictivos, sin embargo después de los 50´s de este siglo, se
observó una epidemia en el reporte de casos con uso de inhalantes. La situación
se complica, debido a que los adictos son personas de 10 a 40 años de edad (90
%). Los compuestos que se inhalan son: solventes para pegamentos o adhesivos,
propulsores para aerosoles y pinturas, tinher y combustibles (gasolinas). Todos
estos compuestos tienen en común el tener materiales volátiles como los
hidrocarburos, tolueno, tricloroetileno, gasolinas y butano, entro otros
compuesto.
Como se ha
mencionado anteriormente esta adicción es de niños y adultos jóvenes, estos
últimos en plena etapa productiva. La relación de género es de tres hombres y
una mujer, Las muertes por sobredosis, por ejemplo por tolueno, ocurren en un
alto porcentaje en usuarios novatos, que no saben como dosificarse la
administración de los inhalantes.
ASPECTOS DE NEUROBIOQUÍMICA Y PSICOFARMACOLOGÍA.
A escala
industrial, se recomienda que el tolueno, por ejemplo, sea respirado en
concentraciones de 100 partículas por millón, sin embargo en la bolsa de plástico
de un adicto llegan a detectarse 10,000 ppm. Bastan 15 a 20 inhalaciones
profundas, para que una persona se intoxique por una hora con gasolina.
Los
niveles de tolueno en una persona intoxicada que es atendida en un hospital,
son entre 0.8 y 8 ug/g. El cerebro y el tejido graso acumulan este tipo de
compuestos dada la lipofilicidad de estos compuestos. La co-administración con alcohol, produce un aumento de los
niveles plasmáticos de los solventes, debido a que ambas sustancias compiten en
el mismo sitio al nivel de los sistemas enzimáticos hepáticos. El tolueno, por
ejemplo, se metaboliza en el hígado a ácido hipúrico.
El efecto
neuronal de los inhalantes no es claro. Algunas líneas de investigación apuntan
hacia modificaciones en la fluidez de la membrana celular y de esta manera
alteración en la excitabilidad. También se proponen que actúen sobre el
complejo receptor GABA-Benzodiacepina-canal a cloro. Los efectos conductuales
en animales sugieren que estas drogas actúan como el alcohol o los barbitúricos
u otros depresores del SNC. Los
inhalantes, por ejemplo, producen estimulación psicomotora con dosis
bajas, y supresión motora, en la medida
que se aumenta la dosis. Estas substancias también tienen propiedades
anticonvulsivas. En los roedores, por ejemplo, el síndrome de supresión está
caracterizado por crisis convulsivas, las cuales son bloqueadas con tolueno, etanol
y benzodiacepina. Esto comprueba que los inhalantes tienen la capacidad para
producir dependencia física y presentar tolerancia cruzada con depresores del
SNC.
Una serie
de eventos colaterales o indeseables se presentan con los inhalantes. El mas
severo es la muerte, la cual puede deberse a la depresión respiratoria,
arritmias cardiacas, asfixia, broncoaspiración y accidentes automovilísticos o
de otro tipo.
El uso crónico de estas substancias dá como resultado
atrofia cerebral, epilepsia del lóbulo temporal, demencia y diversos cambios en
el electro encefalograma.
La
intoxicación aguda con inhalantes se caracteriza por desorientación, errores de
juicio, letárgica, disartria, pérdida de apetito. El uso continuo de estas
sustancias puede dar como consecuencias psicosis, caracterizadas por ideas
delirantes y alucinaciones, estas últimas poco estructuradas. A nivel de los
diferentes aparatos y sistemas, se observan enfisema, daño hepático y renal,
desnutrición rabdomiolisis, alteraciones motoras.
ADICCION A FENCICLIDINA.
La fenciclidina (Phencyclidine - PCP- "polvo de
angel"), es una arilciclohexilamina. Fue desarrollada originalmente como
un anestésico para humanos, pero su uso ha sido discontinuado ya que produce
una serie de manifestaciones clínicas en las que se incluyen cuadros de
psicosis, ansiedad y cuadros alucinatorios. En la actualidad se le emplea
únicamente en medicina veterinaria.
Se le ha clasificado como un anestésico disociativo,
la PCP tiene propiedades estimulantes, depresoras, alucinatorias y analgésicas,
dependiendo de la dosis y de la ruta de administración. Puede ser tomada en
forma oral, nasal o intravenosa. Esta droga tiene una buena absorción por cada
una de esas rutas. La fenciclidina se metaboliza en el hígado y se almacena
también al nivel de tejido graso. Aunque la vida media en plasma es de 45 min
para una dosis baja, se han reportado vidas medias hasta de tres días. Esto
último es el resultado del secuestro de la droga en el tejido graso.
Intoxicación aguda. Con una dosis baja (5 mg o menos)
se observa que PCP ejerce un efecto depresor, con un estado que semeja a la
intoxicación con alcohol, con incoordinación muscular, entumecimiento de las
extremidades, mirada perdida, ptosis ligera de ambos párpados. Se puede detectar
nistagmus (vertical y horizontal), la pupila esta miótica y hay ausencia del
reflejo corneal. Hay alteración en la percepción, analgesia media, y varias
formas de alteraciones motoras. Con dosis mayores (5 a 10 mg) se produce
nistagmus, disartria, ataxia, hiperreflexia, aumento del tono muscular,
cataplexia. Si se ingiere una dosis severa (mayor a los 20 mg), se observa una
crisis hipertensiva, rigidez muscular, crisis convulsivas, depresión
respiratoria, coma y muerte. Los efectos subjetivos de la PCP incluyen cambios
en la imagen corporal, sentimientos de disociación, distorción perceptual,
alucinaciones visuales y auditivas. Este estado conductual semeja a los que se
observan por la privación sensorial. La amnesia al periodo de intoxicación es habitual.
En algunos sujetos novicios, aunque también puede
presentarse en usuarios crónicos, se presenta la psicosis por fenciclidina.
Puede ser que en pacientes con esquizofrenia, se observe una reactivación del
cuadro. El curso de la psicosis por fenciclidina se puede dividir en tres
estadios. En la fase aguda, la cual es la más severa, el sujeto presenta
delirios paranoides, hiperactividad, anorexia, insomnio, agitación o
catalepsia. En la siguiente fase la psicosis, la paranoia y la agitación
persisten, pero el paciente se encuentra con mayor introspección y con juicio
de lo que está ocurriendo. En el tercer estadio hay una reintegración gradual,
en donde puede haber una depresión postpsicótica.
La administración de PCP a esquizofrénicos llevó a
una exacerbación de las alteraciones del pensamiento, así como un aumento en la
hostilidad. Esta exacerbación se presentó a lo largo de varias semanas. En
sujetos con esquizofrenia crónica, hay algunos que son hiporresposivos con
anfetaminas e inclusive pueden presentar una respuesta paradójica de mejoría.
La habilidad de la PCP de exacerbar el cuadro psicótico en esquizofrénicos
agudos o crónicos es similar. Esto último nos habla, de que la PCP activa
estructuras particularmente vulnerables, en los sujetos que tienen
esquizofrenia.
MECANISMOS MOLECULARES DE LA ACCIÓN DE LA
FENCICLIDINA.
Debido a lo pequeño de las dosis que se requiere para
que la PCP ejerza su efecto psicotomimético (afinidad submicromolar), se ha
buscado un sitio de unión específico, que pueda reconocer esta concentración de
sustrato. Una unión de alta afinidad para PCP fue demostrada en 1979. El
receptor para PCP está localizado dentro del canal iónico que se encuentra
acoplado al complejo receptor del N-metil-D-aspartato (NMDA) (ver figura 2).
Este receptor para NMDA es un tipo de receptor para el amino ácido excitatorio,
L-glutamato, el neurotransmisor excitatorio mas abundante del cerebro. La PCP
inhibe la liberación de neurotransmisores mediada por los receptores NMDA. Los
agentes que se unen al receptor para PCP, modificán el funcionamiento de los
receptores NMDA, y de la interacción glutaminérgica.
ECSTASIS (MDMA)
Este
es el nombre más común del 3,4-metilen-dioxi-metamfetamina (MDMA), y de sus
análogos. Es un derivado de las anfetaminas, que fue producido por la compañía
farmacéutica Merck, en 1912, como supresor de apetito, para los soldados
alemanes que entonces se encontraban en los campos de batalla en la 1ª Guerra
Mundial. Sin embargo se le dejó de usar porque no inducía “conducta bélica”. El
perfil farmacológico de NMDA es mixto, por un lado es estimulante y por otro
alucinógeno. La administración aguda, produce los siguientes efectos: euforia,
aumento en la autoestima, aumento en la calidad de la percepción sensorial,
empatía, extroversión. Los efectos negativos agudos son: bruxismo, tacicardia,
hipertermia, trismus (tan severo que lleva a que las personas utilicen chupones
o paletas de dulce), de manera mas rara, puede presentarse un cuadro de
psicosis y muerte. El fenómeno de supresión está caracterizado por dolores
musculares, depresión, fatiga, y problemas de concentración.
En
personas que tienen un uso crónico, se observa que la supresión se caracteriza
por: depresión mayor, insomnio, ansiedad, impulsividad, agresión, disminución
en el aprendizaje y en la memoria en general, pero sobre todo problemas en la
atención. En cuanto a los aspectos de toxicidad, se sabe que el inicio de los
efectos es aproximadamente a los 30 minutos, con un efecto máximo entre 1 y 3
horas. Y una vida media de 16 a 31 hrs.
Aunque la forma de administración del ecstasis es tabletas o cápsulas,
existen otras formas de administrarlo como son inyectado, fumado, o absorbido
como supositorio.
EVALUACIÓN DEL USO DE SUBSTANCIAS ADICTIVAS.
Esta es una
área sensible, en donde los pacientes, dependientes o no a las sustancias,
están a la defensiva, sin embargo es importante no pasarla de largo, porque
puede ser una buena oportunidad para detectar y ayudar a este tipo de
pacientes. Sin embargo una evaluación sin juzgar moralmente al paciente y sin
hacer comentarios demás, puede ser de mucha utilidad.
1. Cantidad y
frecuencia del uso de la sustancia. Se debe de hacer una semiología, comparando
el uso actual con el previo, y con las épocas de mayor consumo, si es otra
época diferente a la actual. Hay que
explorar el uso concomitante de varias sustancias, ya que esta situación es
frecuente (v.gr., alcohol y tabaco, o estimulantes).
2. La
presencia de tolerancia y síndromes de supresión. Desde cuando los ha
presentado, frecuencia y severidad de los mismos (esto nos da una idea desde
cuando el paciente es adicto a la sustancia o sustancias exploradas).
3. Comorbilidad.
SI hay desarrollo de enfermedades debidas a la dependencia (hepatitis,
enfisema, psicosis, VIH, etc).
4. Consecuencias
en las áreas familiares, laborales, escolares, legales, etc., del consumo de
las sustancias.
5. Antecedentes
familiares de dependencia a las sustancias.
6. Número de
veces que ha intentado retirarse de la sustancia, duración si consumo y
principales causas de recaídas.
7. Tipo de
tratamientos o ayuda que ha solicitado para dejar de depender de las
sustancias.
Como ya se
ha descrito, la comorbilidad entre la dependencia de sustancias y las
alteraciones psiquiátricas es alta. En la tabla 2, se muestran los porcentajes
de abuso y dependencia de sustancias según el estudio “The Epidemiologic
Catchment Area” de 1991, en E.U.A.
TABLA 2
COMORBILIDAD ENTRE ENFERMEDADES PSIQUIÁTRICAS Y ADICCIÓN A LAS
SUSTANCIAS
Trastorno
psiquiátrico
|
Porcentaje
de adiciones
|
Personalidad
antisocial
|
84 %
|
Trastorno
bipolar
|
62 %
|
Esquizofrenia
|
48 %
|
Trastorno
depresivo
|
30 %
|
Trastorno
por ansiedad
|
24 %
|
El modelo psiquiátrico actual de las adicciones
sostiene que un importante número de casos, las personas que dependen de
sustancias, tienen una enfermedad psiquiátrica como fondo. Lo que hace le
paciente, es tratar de contender contra este problema en una especie de
automedicación, que lleva a una disfunción aún mayor, aunque de momento se
tenga cierto alivio, a la larga las características adictivas de las sustancias
llevará a que el padecimiento primario por el cual se buscó alivio con las
drogas, sea relegado, y que predomine la conducta adictiva.
La anterior
propuesta, refuerza lo que comenté en el capítulo de la Enfermedad Mental como
Estigma, y la pérdida de libre albedrío. Una vez que un paciente con menos
cantidad de receptores dopaminérgicos del tipo D2, que presenta al nivel de su
vivencia diaria anhedonia (vacío existencial), se pone en contacto con algún
estimulante, digamos anfetaminas o nicotina, y por un momento su vida cambia y
se siente bien y aún eufórico, el efecto reforzador, y la exacerbación de sus
malestares por la supresión, harán que esta persona sea un potencial adicto a
estimulantes. Este argumento, es quizás el mas fuerte que encuentro para
mantener ilegales a las drogas adictivas.
El legalizar
las drogas, llevaría a una baja en el crimen organizado y todo el mundo que
gira con ellos; reduciría el costo de los procesos legales y del mantenimiento
de los narcotraficantes en las prisiones; podrían ser materia para el cobro de
impuestos, como ocurre con el alcohol y cigarrillos en la actualidad y
finalmente se reforzaría la responsibilidad de los individuos para consumir o
no las drogas.. Pero la disponibilidad y exposición masiva de estas sustancias,
crearía un impacto social mayor; aumentarían los problemas por el uso de
drogas; aumentaría el costo social, especialmente por el impacto del aumento de
los problemas en el ámbito familiar, escolar, laboral, de tráfico y el deterioro de la salud de los
usuarios.
La
sociedad establece un tipo de contrato con el estado referente al empleo y uso
de drogas, en donde la información epidemiológica, en neurociencias y en el
desarrollo de enfermedades (psiquiatricas o no) por el uso de sustancias
adictivas, van marcando la pauta. El contrato sostiene que esta prohibido el
uso de drogas a escala personal, la venta o distribución de las mismas en el
ámbito de la comunidad, asiento de la sociedad. Las drogas que están dentro de
este contrato incluyen: mariguana, cocaína, heroína, alucinógenos, estimulantes
y sedantes sintéticos y medicamentos de prescripción médica que tienen la
potencialidad de causar adicción. En algunos países, se han puesto limitaciones
para la venta de alcohol y cigarrillos a menores, y se distribuye información
en la población de los riesgos que se tienen con el uso de las drogas legales.
La expansión del uso de drogas que se observó en la ultimas décadas del siglo
XX y que parece sigue en incremento en el presente, es el resultado de la
explosión de diferentes subtipos de drogas ilegales y de las amplias redes de
distribución, con lo cual ha llegado a ser un problema de seguridad nacional en
diferentes países del orbe.
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